El proyecto trata de dar respuesta a las exigencias de un Estudio de Detalle donde es obligatorio alinearse a la fachada existente, no permitiendo dejar medianeras ni volúmenes partidos, para crear una gran manzana uniforme. Con este condicionante se realiza un edificio de 18 viviendas de 2 y 3 dormitorios y locales comerciales de alquiler. 

El edificio se desarrollará en 4 plantas sobre rasante, más un planta de sótano bajo rasante donde alberga garajes y trasteros.  La planta baja se destina a locales comerciales, accesos y portales, retranqueándose ligeramente de la fachada principal. En el interior se ubica una zona verde privada de  vida comunitaria que conformará con el resto de parcelas un gran patio de manzana.

Las tipologías se han pensado flexibles, de modo que pueden tener distintos usos y configuraciones, para adaptarse a las distintas formas de vida de los usuarios. Las terrazas quedan remetidas respecto a la fachada para protegerse de los ruidos de la Avenida Juan Carlos I.

La fachada principal es de un ladrillo caravista blanco vitrificado, de fácil mantenimiento, y el zócalo de chapa de acero lacado.